Hanoi envió una división al completo a través de la ruta Ho Chi Minh para reforzar a las fuerzas del Viet Cong (VC) próximas a Saigón y ordenó al curtido 1.er Regimiento del VC organizar un ataque contra la nueva base aérea del Cuerpo de Marines de Estados Unidos (USMC) en Chu Lai. Pensaban que los norteamericanos desistirían si les mostraban desde un principio que iba a ser una guerra larga y sangrienta.
Los norteamericanos conocían bien al 1.er Rgto. VC. Su comandante, Le Huu Tru, había dirigido a su unidad contra los franceses en la emblemática batalla de Dien Bien Phu en 1954. Más recientemente, había obtenido mucha repercusión tras arrollar a varias unidades del Ejército de Vietnam del Sur cerca de la localidad de Ba Gia, momento desde el cual a sus veteranos les gustaba referirse a sí mismos como el “Regimiento Ba Gia”.
Durante varias semanas del verano de 1965 los Marines estuvieron siguiendo rumores y sus agentes informaron de que el 1.er Rgto. VC estaba planeando atacar la base de Chu Lai, pero los informes disponibles más completos ubicaban el cuartel general enemigo en las montañas, 50-60 km al oeste. Sin embargo, la suerte cambió. El 15 de agosto, un analista de la Agencia de Seguridad Nacional en Saigón encargado de estudiar los informes de radiogoniometría dio con varios que situaban al enemigo en la península de Vân Tuóng, a una jornada de marcha nocturna de Chu Lai. La información se transmitió rápidamente por la cadena de mando y al día siguiente el teniente general Lewis Walt, jefe del Cuerpo de Marines en Vietnam, voló a Saigón para recibir el informe del servicio de inteligencia. Inmediatamente volvió a su cuartel general en Da Nang y dio orden de preparar un ataque preventivo.
Los norteamericanos necesitaban ocultar al enemigo que disponían de medios radiogoniométricos para localizar la posición de sus fuerzas, así que prepararon una coartada que era pura invención: la información sobre el paradero del 1.er Rgto. VC la habría suministrado un desertor septuagenario que habría acudido a los survietnamitas el 15 de agosto.
El general Walt, un oficial condecorado en varias ocasiones, de la Segunda Guerra Mundial a Corea, reaccionó con rapidez. En vez de esperar, decidió tomar la iniciativa y anticiparse a un potencial ataque a Chu Lai, para lo que nombró al coronel Oscar F. Peatross como comandante conjunto y designó dos batallones de Marines, el 3.º del 3.er Regimiento y el 2.º del 4.º Regimiento, como unidades de asalto. Se asignó una tercera unidad, el 3.er Batallón del 7.º Regimiento, como reserva, que permanecía embarcada en Filipinas. Los buques recibieron órdenes de zarpar inmediatamente hacia Vietnam.
Los Marines optaron en seguida por un asalto combinado aéreo y anfibio, una operación clásica de “yunque y martillo” ensayada durante casi una década pero que nunca había sido puesta a prueba en combate. El 2/4.º USMC sería helitransportado a tres zonas de aterrizaje, Landing Zone Red, LZ White y LZ Blue, para hacer de “yunque” en el interior, lejos de la costa. El 3/3.º USMC actuaría de “martillo”, con un desembarco en la playa a primera hora de la mañana, desde la que destruirían a los enemigos en su camino y empujarían al resto a los brazos del yunque.
El enemigo no ignoraba del todo la posibilidad de un ataque por parte de los Marines, pero no eran conscientes de su capacidad. Estaban al corriente de que los norteamericanos no tenían helicópteros suficientes para desplazar con rapidez una fuerza de combate decisiva al campo de batalla y, por tanto, dedujeron que los Marines tendrían que aproximarse por tierra, en cuyo caso tendrían tiempo más que suficiente para considerar sus opciones y combatir o retirarse a las montañas al oeste según lo dictara la situación. Con lo que no contaban era con la capacidad anfibia y helitransportada para montar un asalto combinado simultáneo por mar y el aire. Tampoco tuvieron en cuenta la rapidez de los Marines en la toma de decisiones y la maniobra.
La velocidad y el sigilo definían la situación. Había que organizar las unidades, distribuir los helicópteros y los barcos, y transmitir las órdenes; los Marines tenían menos de dos días completos para lograrlo. La operación iba a llamarse Satellite, pero falló el generador eléctrico del búnker donde trabajaban los operadores, que malinterpretaron las instrucciones mientras mecanografiaban en penumbra y la operación paso a la historia como Operación Starlite.
Comienza la Operación Starlite
Al salir el sol en la mañana del 18 de agosto de 1965, los habitantes de An Cuóng, la pequeña aldea próxima a la costa en la península de Vân Tuóng, se quedaron estupefactos al ver una flota de la Marina de Estados Unidos fondeada en el litoral. En un abrir y cerrar de ojos, los mensajeros corrieron la voz y, ante la mirada de los vietnamitas, los buques empezaron a descargar las lanchas de desembarco que se alinearon para el asalto tras desestimar la prepararon con fuego naval y aéreo de la playa al haber población civil en el entorno.
La noticia se extendió rápido entre las unidades del 1.er Rgto. VC. Mientras algunas de ellas se preparaban para el combate, el cuartel general regimental se disponía a replegarse hacia el oeste. Para proporcionarles cobertura, el capitán Duong Hong Minh avanzó hacia la orilla para instalar minas antipersona de detonación teledirigida donde creía que desembarcarían los marines. Debían infligir el mayor número de bajas posible y proporcionarles un respiro.
Les respaldaba la unidad del teniente Phan Tan Huan, con una importante y arriesgada misión: distaban menos de 4 km entre la playa de desembarco y el cuartel general del 1.er Rgto. VC en la aldea de Van Tuong. Huan organizó un pequeño contingente de tropas fiables que se desplegaron en una pequeña cresta a mitad de camino entre la costa y el cuartel general para demorar a los marines y permitir la retirada de los elementos del cuartel general.
Los vehículos anfibios LVTP-5 alcanzaron la orilla y el 3/3.º USMC, mandado por el teniente coronel Joseph Muir, comenzó el asalto. Parece que el capitán Minh sufrió un ataque de ansiedad y activó prematuramente las minas antipersona; aunque aseguró que había eliminado a 15 marines, en realidad la detonación no produjo bajas.
Mientras el 3/3.º USMC desembarcaba, el 2/4.º USMC del teniente coronel Joseph “Bull” Fisher ponía pie a tierra –una compañía tras otra– en las tres zonas de aterrizaje designadas: de norte a sur, LZ Red, LZ White y LZ Blue. La Compañía G descendió sin incidentes en LZ Red y comenzó a avanzar hacia el mar. La Compañía E y el grupo de mando del teniente coronel Fisher fueron los siguientes. Llegaron a LZ White bajo un leve fuego de mortero y armas ligeras, pero empujaron al enemigo hacia el este. La Compañía H, dirigida por el teniente Homer K. “Mike” Jenkins, no tuvo tanta fortuna al aterrizar en LZ Blue, un claro donde eran presa fácil del fuego de fusil desde las posiciones del cuartel general del 60.º Batallón VC del comandante Tranh Ngoc Trung. Los marines recibieron fuego aún antes de que los helicópteros tomaran tierra y apenas habían descendido de sus aparatos cuando el marine de primera Jimmy Brooks fue alcanzado mortalmente. Hasta este momento de la guerra, el Viet Cong jamás había mantenido sus posiciones ante un ataque de los Marines y el teniente Jenkins no tenía motivos para pensar que ahora fuera a ser diferente. Sus órdenes le exigían tomar dos objetivos y él decidió atacar ambos simultáneamente: uno estaba cerca de la cota 43, el otro era la aldea de Nam Yên 3. Jenkins envió una sección contra cada objetivo y dejó otro en reserva. Ninguno de los ataques tuvo éxito. En la Operación Starlite los marines comprobaron por primera vez lo que era combatir contra tropas profesionalizadas como las del 1.er Rgto. VC. Descubrieron que muchas de las cabañas eran en realidad búnkeres; al caer sus paramentos laterales aparecían posiciones fortificadas con un campo de tiro bien definido, y un devastador fuego de ametralladora y armas ligeras detuvo su ataque.
El teniente Jenkins retiró a sus hombres y optó por tomar los objetivos consecutivamente y la cota 43 sería el primero, que permitiría dominar el terreno circundante. Mientras se preparaba se le sumaron dos tanques que acababan de desembarcar en la costa y el ataque de helicópteros artillados del Ejército. Con este apoyo no fue necesario mucho combate para capturar la colina e inmediatamente se preparó para asaltar de nuevo la aldea de Nam Yên 3.
Mientras tanto, el 3/3.º USMC estaba teniendo problemas. La acción retardatriz del teniente Phan Tan Huan surtió efecto. Su intenso fuego ralentizó y detuvo momentáneamente el avance de los marines. El alférez Burt Hinson, de la Compañía K, reorganizo a un pelotón, atacó, desbordó al contingente de bloqueo y reanudó el avance, pero el breve retraso fue suficiente para que los elementos del cuartel general enemigo escaparan hacia el oeste. Los marines no supieron hasta mucho tiempo después de la batalla que el cuartel general del 1.er Rgto. VC había estado directamente en su ruta y de haber superado la fuerza de bloqueo de Huan antes habrían podido capturar o eliminar a los mandos del regimiento.
En el flanco izquierdo de la Compañía K, el comandante de la Compañía I, el capitán Bruce Webb, recibió por radio informes sobre los problemas del teniente Jenkins en la aldea de Nam Yên 3 y obtuvo permiso para abandonar su zona asignada e intentar aliviar la presión sobre la Compañía H. Para entablar contacto con Jenkins debía avanzar a través de otra localidad, An Cuóng 2. Justo cuando iba a iniciar el ataque llegaron dos tanques como apoyo, pero no pudieron participar directamente, detenidos por una profunda trinchera frente a la aldea. El capitán Webb asignó un pelotón bajo el mando del cabo Robert O’Malley para que montara en los tanques y flanqueara la aldea por la izquierda, pero no habían avanzado demasiado cuando cayeron en un enjambre de enemigos; después de que el fuego del Viet Cong matara a uno de sus marines, el cabo ordenó desmontar al pelotón y asaltar la posición enemiga. Él y el marine de primera clase Chris Buchs se lanzaron contra una trinchera enemiga y mataron a ocho enemigos antes de abandonarla para recargar sus fusiles. O’Malley y sus hombres volvieron al asalto, eliminando a cada enemigo que encontraban. El cabo fue herido tres veces, pero continuó atacando ferozmente y rechazó ser evacuado hasta que terminara el combate y sus hombres estuvieran a salvo. Hizo varios traslados arriesgados bajo el fuego para retirar marines caídos del campo de batalla. Una y otra vez, los helicópteros de los marines trataban de evacuar a los heridos de O’Malley pero eran rechazados por las ametralladoras enemigas. Finalmente, el alférez Dick Hooton del Escuadrón 361 de Helicópteros Medios de Marines aterrizó bajo un fuego intenso y evacuó a O’Malley y a sus hombres. Su aparato sufrió graves daños y tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en el buque de asalto anfibio USS Iwo Jima. O’Malley y sus hombres fueron desembarcados cuando sus heridas lo permitieron; el cabo sería posteriormente el primer marine en recibir la máxima condecoración militar norteamericana, la Medalla de Honor, en Vietnam. Dos de sus hombres heridos consideraron que estaban en condiciones de retomar el combate, cogieron fusiles y munición y se las arreglaron para volver al campo de batalla, donde permanecieron hasta que todo terminó.
Mientras, el resto de la Compañía I consiguió derrotar al enemigo en la aldea de An Cuóng 2 en un combate feroz. El sargento Jean Piquet no quería tentar a la suerte y remató de un disparo en la cabeza a los enemigos caídos para asegurarse de que estaban muertos, pero el capitán Bruce Webb, que lo consideraba inhumano, le ordenó que cesara. Segundos después, un Viet Cong que parecía muerto lanzó una granada al grupo de mando de la Compañía I y mató a dos marines, incluyendo al propio capitán Webb. El alférez Richard Purnell le sustituyó al mando de la compañía.
En el sector de la Compañía H, el teniente Jenkins trataba una vez más de tomar la aldea de Nam Yên 3. Mientras cercaban la villa, una gran fuerza enemiga bien camuflada trató de flanquearles. El marine de primera clase Ernie Wallace vio decenas de lo que él pensaba que eran árboles o arbustos moviéndose hacia él y gritó a sus compañeros: “¡Árboles! ¡Acabad con los árboles!” y eliminó aproximadamente a veinticinco con su ametralladora M60. Antes de que terminara la jornada llegaría a contar cerca de cuarenta enemigos muertos.
Mientras Wallace seguía ocupado, el cabo Dick Tonucci y uno de sus hombres, el marine de primera clase Ronald Centers atacó un nido de ametralladoras que les estaba dando problemas. Eliminaron a su dotación, pero dos enemigos más tomaron su lugar. Tonucci y Centers también acabaron con ellos y después se lanzaron contra otro búnker del Viet Cong. Al atacar a la ametralladora, el cabo Tonucci dejó atrás al cabo segundo Joe Paul, armado con una automática, para proteger a varios heridos que yacían en campo abierto. Paul había sido herido antes y podía haber sido evacuado, pero decidió permanecer en el campo de batalla. El Viet Cong atacó la posición de Paul y fue herido hasta en cuatro ocasiones, pero se negó a dejar su puesto. Al final, cuando el Viet Cong fue rechazado y los heridos se encontraron a salvo, el cabo Tonucci cargó con el cabo segundo Paul y lo subió a un helicóptero de evacuación, pero moriría en el trayecto. A título póstumo fue condecorado con la Medalla de Honor y un buque recibiría su nombre.
El contingente enemigo en Nam Yên 3 era demasiado fuerte y una vez más el ataque del teniente Jenkins fue repelido con un alto coste en vidas por ambas partes, por lo que su comandante, el teniente coronel Fisher, le ordenó que se reagrupara de nuevo en LZ Blue. En el trayecto una de sus secciones se separó del contingente principal, por lo que al final del día no le quedaban más de veintiocho hombres listos para el combate cuando había iniciado la jornada con casi doscientos.
Cerca del mediodía un convoy de AMTRACKS con suministros, acompañado por dos tanques dirigido por el teniente Rober Cochran, abandonó la playa para llevar munición y agua a la Compañía I, pero fue emboscado y los vehículos en cabeza y a la cola quedaron inutilizados, inmovilizando a toda la columna. El enemigo atacó a lo largo de todo el día y parte de la noche y el teniente primero Cochran, dando muestras de un coraje extraordinario, hizo todo lo que estuvo en su mano para mantener organizada la columna, antes de morir en los combates.
El sargento del pelotón, Jack Marino, tomó el mando para mantener los combates con el enemigo casi toda la noche. Cinco marines murieron, pero el resto consiguió mantener sus posiciones. El sargento James Mulloy se destacó en un arrozal próximo desde el que logró detener a pequeños grupos de Viet Cong que trataban atacar el convoy. Se organizó una columna de refresco que también fue emboscada y tuvo que abortar la misión. Ambas columnas habrían de ser rescatadas a la mañana siguiente.
A última hora de la tarde el buque que transportaba al 3/7.º USMC desde Filipinas llegó a la costa y la Compañía I fue helitransportada a la orilla y destinada a reforzar a la Compañía I del 3/3.º USMC. Esta unidad también cayó en una refriega en el trayecto y recibió un intenso fuego de mortero.
Cuando la noche cayó sobre el campo de batalla, los remanentes de la Compañía H se atrincheraron el LZ Blue, el 3/3.º USMC se reagrupó y el resto del 3/7.º desembarcó en la orilla. A lo largo del día, los pilotos del Escuadrón 361 de Helicópteros Medios del teniente coronel Lloyd Childers habían dado un excelente apoyo a sus compañeros en tierra. En un único día, prácticamente todos los aparatos habían recibido impactos, uno fue completamente destruido y cerca de la mitad no eran aptos para volar al terminar la jornada. La dotación de tierra actuó con heroicidad tratando de mantener operativos tantos aparatos como fuera posible y cuando algún miembro de las tripulaciones caía, otro se presentaba voluntario para sustituirlo.
Lecciones del primer encuentro
Durante la noche, el enemigo aprovechó la oscuridad para retirarse del campo de batalla, dejando atrás los cuerpos de más de 600 camaradas. Los norteamericanos muertos en acción ascendieron a 52 marines, un médico de la Marina y un comandante del Ejército que pilotaba un helicóptero de asalto de apoyo. Los heridos se contaban por centenares. Hubo muchos héroes ese día. Al 2/4.º USMC y al 3/3.º USMC se les retiró del campo de batalla y tomaron el campo el 1/7.º USMC y 3/7.º USMC, que persiguieron a los remanentes del 1.er Rgto. VC durante otros diez días y entraron en contacto en numerosos combates pequeños pero intensos.
La Operación Starlite fue una experiencia aleccionadora para ambos bandos y un hito destacado de la intervención norteamericana en Vietnam. Se trató del primer combate de envergadura de la guerra, en el que se enfrentaron dos contingentes de tamaño regimental. Los Marines comprobaron que la doctrina de operaciones aéreas y anfibias combinadas que habían ensayado a lo largo de una década resultaba efectiva en el campo de batalla.
Por su parte, el Viet Cong, extrajo en conclusión que nunca más, mientras durara la guerra, debían exponer unidades de ese tamaño a asaltos combinados cerca de la costa. Comprobaron la celeridad con la que los norteamericanos podían organizar y ejecutar las operaciones y estuvieron expuestos por primera vez la devastadora potencia de fuego de las armas, la artillería y el fuego naval combinados. Su respuesta en adelante a este desafío sería la táctica de “agarrarse a la cintura” (grab them by the belt), es decir, aproximarse lo más posible a los norteamericanos para que la potencia de fuego fuera tan peligroso para unos como para otros. Esta táctica se pondría en práctica también contra el Ejército de Estados Unidos solo tres meses después en la batalla del Valle de Ia Drang y se seguiría empleando a lo largo de toda la guerra.
Los Marines también aprendieron a respetar al enemigo. Hasta la Operación Starlite, habían sido generalmente campesinos “a tiempo parcial” que se desbandaban ante la primera demostración de fuerza. El general de brigada de Marines Frederick Karch dijo: “después de verles correr ante nuestro primer equipo de fuego, pensé que no volverían a plantar cara. Cometí un error de cálculo”.
Bibliografía
- Lehrack, O. J. (2004): The First Battle: Operation Starlite and the Beginning of the Blood Debt in Vietnam. Havertown: Presidio.
- National Security Agency. Report released on September 9, 2007 under Freedom of Information of Information Act. Case Number 7319.
- Peatross, O. F. (1967): “Victory at Van Tuong: An Application of Doctrine”, US Naval Institute Proceedings, September, pp. 2-13.
- Shulimson, J., Johnson, C. M. (1978): U.S. Marines in Vietnam: The Landing and the Buildup, 1965. Washington DC: US Government Printing Office.
Otto Lehrack es oficial retirado de infantería del Cuerpo de Marines de Estados Unidos y cumplió dos periodos de servicio en Vietnam. Autor de numerosas monografías y artículos sobre los Marines en combate, por los que ha sido reconocido en dos ocasiones por la Marine Corps Heritage Foundation. Titulado en Historia por la University of Hawaii. Desde su retirada del Cuerpo de Marines ha sido gerente de una compañía informática. Su última publicación es Road of 10,000 Pains: The Destruction of the 2nd NVA Division by the U.S. Marines, 1967 (Zenith, 2010).
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